Comuniones

Comunión David
Sesión de fotos para el álbum de comunión de David | Lebrija
La sesión con David fue un chute de energía desde el primer minuto. Recorrimos los rincones de siempre en Lebrija, esos que nunca fallan, pero esta vez añadimos parada en El Fontanal, un sitio con mucho encanto al que solo he llevado a algunos niños este año… y con David merecía la pena.
Venía con actitud, con ganas, y sobre todo con una soltura delante de la cámara que hacía tiempo que no veía. Posaba como si lo llevara en la sangre, natural, sin forzar nada, y encima se atrevió a proponer algunas poses que, oye, ¡se las compré todas! Porque cuando alguien te transmite esa seguridad, lo mejor es dejarse llevar.
Fue una de esas sesiones que se disfrutan porque todo fluye, porque el modelo se siente a gusto y porque, entre luz bonita, rincones conocidos y su desparpajo, salieron fotos de las que te llevas en la cabeza mucho tiempo.

Comunión Miguel
Sesión de fotos para el álbum de comunión de Miguel | Lebrija
La sesión con Miguel fue una de esas que te sorprenden sin esperarlo. Llegamos a una casa que por fuera parecía de esas que llevan toda la vida viendo pasar el tiempo, pero al cruzar la puerta… ¡madre mía! Un rincón rústico con encanto, de esos sitios que te invitan a sacar la cámara sin parar.
Miguel al principio se mostró un pelín serio, como midiendo el terreno, pero le duró lo justo. En cuanto empezó a ver rincones chulos, texturas de madera y una luz que entraba de lado, se vino arriba.
Fue una sesión de esas que se cocinan a fuego lento, con una mezcla de risas, momentos tranquilos y ese punto de magia que solo sale cuando dejas que todo fluya. Y Miguel, que parecía reservado, acabó posando como un campeón, con mirada intensa y sonrisas sinceras.
De esos días en los que recuerdas que la fotografía no es solo apretar un botón, sino conectar con el lugar, con las personas y con esos detalles que no se ven, pero se sienten.

Comunión Gonzalo
Sesión de fotos para el álbum de comunión de Gonzalo | Lebrija
La sesión con Gonzalo fue de esas que se disfrutan desde el minuto uno. En Lebrija, como casi siempre, pero ese día el sol pegaba con fuerza, marcando sombras y luces que me pedían a gritos jugar con ellas. Así que lo aprovechamos al máximo.
Gonzalo es un chaval de esos que contagian buen rollo, risueño, con chispa y, para mi sorpresa, una creatividad que me dejó con la boca abierta. Entre foto y foto, se sacaba ideas de la manga, posaba como si llevara toda la vida delante de la cámara y se marcó unas fotos en su propia casa que aún tengo en la cabeza.
Fue una sesión diferente, con luz dura, sombras potentes y un Gonzalo que hizo que todo fuera fácil y divertidísimo. De esas veces en las que te das cuenta de que la fotografía no solo es cuestión de luz, sino de las personas que se cruzan en tu camino.

Comunión Bruno
Sesión de fotos para el álbum de comunión de Bruno | Lebrija
Con Bruno todo fue cuestión de pillarle el truco. Al principio se mostraba serio, con esa mirada que parece que lo observa todo desde lejos. Pero en cuanto su tía empezó con su repertorio de chistes y bromas, aquello se vino arriba.
Nos movimos por varias calles de Lebrija, entre charlas, anécdotas familiares y alguna que otra carcajada que se le escapaba a Bruno sin remedio. Y es que con una familia tan divertida y alocada era imposible mantenerse serio todo el rato.
Lo bonito de la sesión fue justo eso: ver cómo su seriedad natural se iba mezclando con momentos de risas espontáneas y miradas que decían mucho más de lo que aparentaban. Terminamos con un puñado de fotos que guardan ese contraste que tanto me gusta: la calma de su gesto serio y la alegría desatada que provocaba su familia.

Comunión David
Sesión de fotos para el álbum de comunión de David | Lebrija
David llegó a la sesión un poquito serio, de esos que observan antes de lanzarse. Pero fue cuestión de minutos que empezara a soltarse y a regalarme una sonrisa de esas que te alegran el día. Y a partir de ahí… todo rodado.
Nos fuimos recorriendo Lebrija, parando en San Benito, en el castillo y por la calle de las Monjas. Cada rincón nos dejó su propia magia y David se lo fue pasando cada vez mejor, acompañado de su hermano y sus padres, que hicieron que todo fuese fácil y natural.
Terminamos la tarde con buen ambiente, risas y un montón de fotos que cuentan cómo un ratito cualquiera puede convertirse en un recuerdo precioso. De esas sesiones que te dejan con buen sabor de boca y ganas de repetir.

Comunión Tiago
Sesión de fotos para el álbum de comunión de Tiago | Vejer de la Frontera y El Palmar
El día de la sesión de Tiago empezó con cielos grises y alguna que otra gota de camino a Vejer de la Frontera. Pero a veces los días inciertos son los que mejor acaban. Tardé poco en conectar con Tiago —de esos niños que te lo ponen fácil desde el minuto uno— y, de hecho, esta foto que ves aquí fue la primera que hicimos nada más empezar.
A medida que avanzó la mañana, el cielo se abrió, y lo que parecía un día nublado se convirtió en una jornada de muchísimo calor. Encima, en Vejer estaban de fiesta, con calles ambientadas, música y ese bullicio que hace que todo tenga un puntito más especial.
Para rematar, nos fuimos a la playa de El Palmar, y allí ya se desató la locura buena. Tiago, sus padres y su hermano acabaron metidos en el agua hasta las rodillas, riéndose, saltando olas y cerrando el día de la mejor manera: con fotos llenas de vida y recuerdos que valen su peso en oro.
Una sesión que empezó gris y terminó brillante, como suelen ser las mejores cosas.

Comunión Juan
Sesión de fotos para el álbum de comunión de Juan | Lebrija y Trebujena
El día que hicimos las fotos para el álbum de comunión de Juan fue de esos que se quedan grabados. Un sol espléndido nos acompañó desde el primer disparo, y tocó jugar con la luz y las sombras para que el brillo no se llevara por delante las sonrisas… que con los niños ya se sabe, un poquito de claridad y los ojos se van cerrando.
Empezamos la sesión en varios rincones bonitos de Lebrija, buscando esos fondos que hablan de nuestro pueblo y que, sin decir nada, lo cuentan todo. Juan, con su desparpajo, lo puso muy fácil. Entre bromas, carreras y algún que otro momento de pausa, las fotos fueron saliendo naturales y con ese toque suyo tan auténtico.
Para rematar, nos fuimos al parque de Trebujena, donde la luz de la tarde y el verde lo envolvieron todo. Allí, sin prisas y con el ambiente relajado, Juan pudo ser él mismo, y las imágenes reflejan justo eso: un niño feliz, en su mejor momento, guardando recuerdos que dentro de unos años valdrán aún más.
Una sesión luminosa, alegre y con el encanto de las cosas hechas sin forzar.

Comunión Pastora.
Sesión de fotos para el álbum de comunión de Pastora | Lebrija
Con Pastora amaneció gris y pasado por agua. Pero las ganas de ella y su familia podían con todo. No había opción de dejarlo para otro momento, así que cambiamos marismas y paseos al aire libre por la calidez de la Casa de la Cultura de Lebrija.
Y aunque fuera seguía lloviendo, dentro sobraba alegría, nervios bonitos y ese ambiente de día especial. Las fotos se llenaron de miradas cómplices, abrazos de esos que te arreglan cualquier cosa y risas de las que suenan a refugio.
Pastora, con su dulzura y esa forma suya tan tranquila de estar, hizo que todo lo improvisado pareciera hasta planeado. Hasta nos dio tiempo a improvisar una mini sesión de gimnasia rítmica, porque a veces los días que se tuercen un poco son los que acaban regalando recuerdos más bonitos.
Una sesión que empezó pasada por agua y terminó con sonrisas que no cabían en las fotos.

Comunión Laura
Sesión de fotos para el álbum de comunión de Laura | Sanlúcar de Barrameda y La Algaida
Antes del gran día de Laura, decidimos regalarnos una tarde tranquila en Sanlúcar de Barrameda y La Algaida. De esas tardes que se llenan de luz dorada, paseos sin prisas y ese olor a campo y marisma que solo el sur sabe regalar.
Sin vestidos blancos todavía, ni prisas, ni nada que pareciera formal. Solo ella, su familia y esas ganas de disfrutar. Nos dejamos llevar entre pinos, caminos de tierra y charlas suaves, y las fotos fueron saliendo solas.
Capturamos mucho más que sonrisas: miradas de esas que hablan, nervios bonitos y esa mezcla de inocencia y emoción que tienen los días previos a algo grande. Porque, al final, lo bonito de todo esto no es solo la celebración… sino todo lo que se vive antes.
Una tarde de las que se quedan pegadas a la memoria.